Resultaría imposible abordar y analizar, desde los conceptos estéticos, sus categorías, lo bello y lo feo, un tema tan amplio como lo es “los centros comerciales”, por ende debemos especificar que nuestro enfoque va directamente con las vitrinas de estos espacios públicos seleccionados.
Para comenzar no sobra recordar que el término estética es relativamente nuevo, ya que aparece solo hasta el siglo XVIII. Por este motivo nos remontamos a la antigüedad, donde para referirse a algo estético utilizaban los términos arte, belleza, poesía, creatividad, imaginación, gusto, estilo, entre otros; ahora bien, en nuestra época lo estético es relacionado con el arte y la belleza, pero recordemos bien que a lo largo del curso hemos visto que el arte no es solamente lo bello, y la belleza no es necesariamente arte.
Luego de esta breve introducción, entremos en materia con la verdadera reflexión, en la cual debemos tener en cuenta que el término estética está relacionado estrecha y obligatoriamente con la sensación, con el conocimiento obtenido a través de la experiencia sensible del sujeto con el objeto, concepto que es manejado actualmente por casi todos los locales de los centros comerciales, ya que lo que estos buscan principalmente es exhibir de manera “bella y armónica” todas sus prendas y artículos, buscando así con esto atraer la atención y generar admiración y sensibilidad en los clientes y visitantes de estos espacios públicos; de aquí parte nuestra primera crítica, cuando se pretende exhibir solamente lo “bello”, dejando de lado otros conceptos que también generan en el cliente, que actúa como sujeto, sensibilidad, atracción y experiencia sensible, pero la crítica no es solo para los encargados de la organización y exhibición de las vitrinas ya que también es culpa de todos nosotros (los visitantes y clientes) que nos centramos en la idea de que solo lo “bello”, “bonito” y “armónico” visualmente es lo que debemos comprar, despreciando otros conceptos que generan la sensibilidad en nosotros y son acogidos por lo estético, su concepto y sus categorías.
Aprovechando que ya se toca el término de concepto y categorías de estética, enfoquémonos en estos, para analizar y proponer criticas con respecto a la utilización que le dan las vitrinas y los encargados de su organización y exhibición en los centros comerciales.
A comparación de la época antigua hoy en día hemos manejado el Concepto de estética a nuestro antojo, llegando a suprimir términos, teorías e ideas que se tenían en la antigüedad, mas sin embargo no todo ha sido suprimido, puesto que regresando al enfoque de las vitrinas en los centros comerciales, su organización y exhibición va estrechamente relacionada a conceptos que se manejaban en los periodos arcaicos, clásicos y helenísticos tanto de estética como de belleza. Ahora bien comencemos aclarando que por lo general es involuntaria la utilización de estas bases o raíces a la hora de organizar una vitrina de un local de determinada manera, puesto que en la encuesta que realizamos en este amplio trabajo investigativo, podemos observar que eran muy pocos los vendedores o encargados que conocían o tenían una idea clara y concisa de lo que significaba estética y su relación con la exhibición de sus productos. Sin embargo resulta casi imposible para nosotros, que estamos en camino de aprendizaje, no realizar la comparación de las bases dadas por los periodos o eras ya mencionadas, por lo cual mencionaremos algunos de los conceptos de belleza y estética que se dieron en esas épocas y aun prevalecen.
· Se ha mantenido el ideal del periodo arcaico, que renació en el helenístico, en el cual se tenía en cuenta que todo lo bello era lo que gustaba o despertaba atracción tanto visual como auditivamente, esto lo podemos observar en casi todas las vitrinas de ropa, en las cuales su manera de exhibirlas y organizarlas están orientadas a mostrar lo mas “bonito” lo mas “bello” de manera que el cliente se sienta atraído.
· Se ha mantenido, pero transformado, un concepto de KANON, es decir, ya no es que el artista se tenga que atener a unas reglas universales para que su creación sea bella (como en el periodo arcaico) y pueda ser exhibida, sino que hay unos parámetros, unas reglas que indican a la mayoría de los clientes a orientarse por determinas prendas, accesorios y artículos. Ya no solo se considera buen artista a aquel que seguía al pie de la letra estas normas universales, sino que también hay grupos de personas que piensan que es más bello la expresión de individualidad, lo que lleva a algunos almacenes de determinada ropa, a exhibir estas marcas y diseños únicos y originales, todo depende de a que publico se quiera llegar.
· Del periodo clásico, específicamente de los pitagóricos, se ha mantenido una idea muy clara sobre el concepto de belleza que es la armonía, el cual se ha utilizado tanto en la combinación adecuada de prendas para exhibir y demostrar una armonía entre colores y formas; pero no solo en las prendas, aquí entra en juego otro componente de las vitrinas, los maniquíes, los cuales son diseñados de formas especificas dependiendo del KANON de belleza y de la armonía corporal que se le quiera mostrar al cliente.
· Para la creación de estos maniquíes, también podríamos tener en cuenta un aporte que prevalece desde Demócrito, los sofistas y Sócrates, el cual radica en “la idealización de la naturaleza”, es decir, se toma la parte o rasgos considerados más hermosos de cada hombre o mujer, para formar la imagen del ser ideal.
· Ahora entramos con un aporte muy importante y trascendente en la historia, este proviene del periodo helenístico, donde el arte, es decir todo lo considerado bello y exclusivo, deja de ser patrimonio de todos para convertirse en privilegio de las clases dominantes, con más poder económico, esto se vivencia en los almacenes de diseñadores reconocidos dentro de los centros comerciales, a los cuales solo pueden tener acceso aquellos de mayor poder económico, los cuales si poseen claridad en cuanto a los conceptos de belleza y estética.
· otro aporte de este periodo helenístico que aun se vivencia en estos espacios públicos, es el del enfoque a la felicidad, es decir el cuestionamiento de si el arte y la belleza servía para lograr la felicidad, sin importar en qué consistían estos conceptos; algo que podemos observar, y más de uno lo hemos vivido, en el momento en que sentimos atracción por alguna prenda exhibida o que se encuentre en estos almacenes, no pensamos si es bello o en que consiste este concepto de belleza, sino que experimentamos sensibilidad ante el articulo y simplemente al sentirnos satisfechos y felices con este, es comprado.
Como podemos observar a lo largo de estas seis comparaciones, se han mantenido diversos planteamientos realizados en épocas que vienen desde antes de J.C. las cuales han sido utilizadas, planteadas, manejadas, exploradas y hasta discutidas por el hombre, llegando al punto de tener definiciones claras y concisas acerca de los conceptos de estética y belleza, porque no solo hemos tratado la parte estética sino que a lo largo de este ensayo hemos abordado por más de una perspectiva la parte de lo bello. Pero aquí no termina nuestro análisis, entremos ahora en otros cabales, los de las categorías estéticas.
Los criterios y categorías estéticas
Partiendo del principio de empatía y la relación, vitrina - espectador. Vemos el manejo que los almacenes dan. En ocasiones con lo exótico y novedoso, haciendo referencia a juegos, con colores, texturas y aun olores representativos. Principalmente ocurre en almacenes de fragancias, en spa, comida en ocasiones y ropa juvenil. El Dominio de interacción se emplea bien mediante una novedosa creatividad.
Cómico y caricaturesco, un enfoque distinto, que atrapa y llama la atención, pues desarma esa forma rígida, dándole movimiento. Simplemente consiste en hacer, reír, atrapar, hacer notar algo sin fundamentos en la mayoría de ocasiones. Los almacenes, que tiene como público objetivo los jóvenes, hacen énfasis en esta característica (especialmente, ropa y comida). Esta característica se apoya en el inconsciente del receptor. Manipulando o influenciando así al mismo, su firme propósito en la sátira, el humor, la ironía, entre muchas otras, es la exaltación jocosamente en ocasiones grotesca, frente a algo. Consideramos que es una de las características más usadas y aun atreviéndonos a decirlo, de las más atrevidas. (Intensificación del carácter grotesco en la intensificación de las imágenes).
Medios comunicativos: lo observamos reflejado de varias formas.
1. Lo que la comunicación vende.
2. La verdad y veracidad.
Así mismo, traemos a colación. Pues los componentes estéticos se está centrando en la modernidad nuevas voces cosas medios, publicidad. Etc.
La decoración va basada no solo física sino también de ambientación y adecuo al lugar. Un ejemplo claro, es que en un cincuenta por ciento de todas las vitrinas, están conformada por pantallas televisivas, están adornadas, armadas.
Al parecer el análisis debería culminar aquí, pero dentro de los parámetros evaluativos se encuentra otro tema, lo feo, sin embargo cabe resaltar que en torno a nuestra ardua investigación, hemos caído en cuenta de que sin importar que los almacenes dentro de los centros comerciales siempre pretendan exhibir en sus vitrinas los artículos más “bellos”, podremos llegar a la conclusión, por medio del siguiente análisis que “lo feo” también concierne a estos locales, sus vitrinas y los espacios públicos.
Para comenzar nuestro último análisis, lo haremos con algo muy sencillo que proviene de la historia de la fealdad, en la cual podemos observar que nos hablan de que la atribución de belleza y fealdad tiene que ver con criterios políticos y sociales, donde argumentan que el dinero puede convertir algo feo en bello. Pues en nuestros espacios públicos, más específicamente en los almacenes, podemos observar como de manera contraria este criterio convierte algo “bello” en “feo”, es decir, si pasamos por el frente de un almacén reconocido, de marca por así llamarlo, podríamos observar en la vitrina unas prendas exhibidas, que al principio pueden parecernos “bellas”, pero en ocasiones, al averiguar el precio de estas, comenzamos una crítica que llega a la conclusión de: “no es tan bella para valer tanto”, comenzamos a catalogar la prenda como “no tan bella”, es decir, por cuestiones de dinero pasamos de tener una experiencia sensible de belleza a fealdad, por así decirlo y exagerando un poco el término “no tan bella”.
Mirando desde otro contexto la parte de las vitrinas y de su manera de exhibir, vale la pena recalcar tres aspectos, el primero sería que “la fealdad depende de las épocas y de las culturas”, los artículos exhibidos en una vitrina de determinado almacén me pueden parecer, a mí, bellos, bien sea por que es el estilo de ropa que uso, puede ser clásica, colores pasteles, ropa formal, otra persona de un contexto sociocultural diferente, puede pensar que esa ropa exhibida y la manera en como organizan esa vitrina es fea, porque es un estilo más agresivo, colores vivos, o totalmente básicos, innovador, revolucionario, en pocas palabras, la vitrina y ropa que a mi parecer es bella, para otro puede ser fea.
El segundo aspecto es “lo que era inaceptable ayer, puede convertirse en lo aceptado mañana”, relacionando la aceptación con lo bello y lo no aceptado con lo feo, aquí entra en juego cuando los almacenes están al tanto de la actualidad y permanecen pendientes de los colores de vanguardia, las nuevas colecciones y de acuerdo a esto organizan sus vitrinas de manera diferente según la temporada que se vaya a venir de moda, para poder convertir lo que no se usaba en algo que entre en furor.
Y por último, “lo que se considera feo puede contribuir, en un contexto adecuado, a la belleza en conjunto”, sencillamente, cuando al ver exhibido en una vitrina un conjunto que consideramos bello, compuesto por pantalón, camisa, saco, corbata y decidimos averiguar por una prenda separada del conjunto, puede perder esa belleza, es decir sola puede ser considerada fea, pero en el conjunto adecuado, puede contribuir a la belleza, estrategia utilizada para la venta de artículos separados.